miércoles, 6 de marzo de 2019

LIENZOS PARA LA CIUDAD: STREET ART | Lazarus Turisticus 00057


Por: Carlos Lázaro
Publicado Originalmente en el Blog: Fabrica de Productos Turísticos - Enero 2014


Foto: Obra ubicada en La Condesa, D.F. 
Autor: Carlos Lázaro
Las ciudades consagran excelentes espacios para el turismo. Aunque algunos sitios no posean los rostros más agradables gracias a la inseguridad y la existencia de sitios marginales alejados del imperio del orden y la vigilancia, (pues cada urbe tiene sus problemas y sus carencias), hoy en día podemos apreciar en los lugares menos inesperados el fenómeno del “Street Art”, relacionado con el término Graffiti.

El graffiti se mira habitado por grupos de  jóvenes a partir de los 13 años, hasta adolescentes de más de 30 años que pretenden ciertos estados y lugares de anarquía y rebeldía, en los que a través de sus trazos, encuentran su pertenencia a un grupo y el “derecho” (pocas veces bien visto), de “marcar un territorio” generalmente dispuesto sobre las fachadas de las casas de particulares o todo espacio urbano disponible, incluso monumentos históricos que no escapan a la necesidad obscura de los Graffiteros.

Foto: El Cuernito D.F.
Autor: Carlos Lázar
Notamos a lo largo de un paseo por la ciudad, que la mayor de las veces, estos trazos solamente responden al grutesco cuneiforme de una firma, simples abstracciones de letras restiradas que buscan cierto impacto visual, que por lo demás inintelegibles al resto de los ciudadanos ajenos a su trazología, pero ineludiblemente manifiestan un estado de inconformidad y decadencia de un grupo social, que utiliza el “Graffiti” como válvula de escape y medio de difusión de su “poderío”.

Foto: Olivar del Conde
Autor: Carlos Lázaro
Sus trazos, se ubican en cualquier espacio disponible, postes, muros bajos, muros completos de propiedades privadas, a lo largo de las principales avenidas de los barrios y por encima de las marquesinas donde es posible trepar, edificios abandonados, en la parte baja de los puentes como en Ciudad de México y Sao Paulo y uno de los sitios preferidos es a lo largo de los muros que delimitan las vías del tren como recuerdo haber visto en Francia y Holanda, por ejemplo.
Foto tomada en la Colonia Roma Sur
Autor: Carlos Lázaro


Hay una diferencia tangente entre estos simples trazos del anarquismo por la ciudad y el Street Art, que se ha venido utilizando en diferentes proyectos a nivel mundial, como una forma de recuperación ciudadana del espacio público, con lo cual esos sitios que mencionamos al principio, cobran un diferente valor para el espacio ciudadano y por ende en el espacio turístico. 
En su práctica cotidiana los “Graffiteros”, se jactan en el trazo burdo y meteórico que les permite su carácter subversivo y rebelde. En cambio, quienes entre ellos han aprendido a depurar sus técnicas, promueven un nuevo tipo de discurso estético, uno muy propio y que va más allá del grafo simplón que únicamente propicia una mayor contaminación visual y el enojo de los dueños de las casas atacadas. 

Estos chicos y otros no tan chicos, con talento para trazar con el aerosol, pueden crear verdaderos murales que más allá de su carácter netamente subversivo, podría valorizarse como una manifestación netamente artística. 

Foto tomada cerca del metro Pantitlán, D.F.
Autor:  Carlos Lázaro
Cuando los grupos de cazadores-recolectores  pintaron obras magníficas como las cuevas de Altamira y Laxcaux, hasta los Graffitis que ocuparon los simples espacios de la antigua ciudad de Pompeya,  la era actual de las obras callejeras con aerosol debe llamar nuestra atención como una posibilidad de valorar un discurso estético alejado de las academias de arte y como una forma de contar formas de ver el mundo, que es también la forma natural en que se enriquece todo patrimonio cultural.

Si bien la mayoría de estas obras serán pasajeras, hasta que otros graffiteros se cansen de ver ese muro y sobrepongan un nuevo trazo o rayoneen simplemente algo que no pueden superar, el muro se descarapele, el tiempo pase y el dueño del muro repinte con algún color liso, valdría la pena preguntarse si es  posible organizar rutas turísticas para apreciar en su justa medida estas manifestaciones del arte urbano.
Mural ubicado en el Museo del Templo Mayor, D.F.
Autor: Carlos Lázaro


Todos los derechos fotográficos y literarios reservados © Carlos Lázaro

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